El precio que deben pagar aquellos que piensan diferente

Los seres humanos estamos en constante búsqueda de la aceptación de otros con la finalidad de justificar nuestras existencias.

Es tanta nuestra necesidad de pertenencia a un colectivo, que en dicha manía construimos modelos de pensamientos, creencias, comportamientos orientados a ser aprobados por esa mayoría inconsciente que solo sabe de trabajar, sobrevivir y procrear.

Nos encontramos tan adormecidos por la rutina cotidiana, aceptando información tergiversada, noticieros y autoridades ilustradas que perdemos el hambre por investigar, explorar, cuestionar y reflexionar: “Lo ha dicho el doctor” ha de ser la verdad, sentenciamos “El economista lo ha dictado” es preciso resignar mi plan de expansión, afirmamos. Ciegos y sordos que dentro de esa demencia tratan de convencer a otros.

Los grandes reformadores del pensamiento tuvieron que salir de la normalidad y la cárcel del condicionamiento para así poder crear e innovar.

¿Se imaginan que Buda, Jesús, Gandhi, Luther King o Mandela se hubieran dejado persuadir por los limites de la razón de sus tiempos?

“Pero como piensas que este país se podría independizar sin guerras o derramamiento de sangre. Retírate y deja de molestar que nosotros solucionaremos los problemas del mundo real”.

“Deseas ser un presidente de color en la nación más racista del globo y además integrar a los mismos que te encarcelaron y menospreciaron; por favor sal de mi presencia si deseas soñar no arrastres a otros a tu locura y a tus intentos de cambios sin fundamentos”

“Que Dios no es un ente externo y que eso que atrevidamente llamas padre habita en mí, un ser inferior y además que yo y ese creador somos uno y el mismo, por tu blasfemia te clavare y luego te escupiré”.

“Pero como te atreves decir que los blancos y los negros somos iguales y que el nuevo mundo se sustentara en la convivencia armónica de las diferencia sobre la base de la unión que todos tenemos con la esencia. Pues debes morir para no propagar tu vil osadía”.

Hace no mucho asistí a un evento para recibir un diploma que tenia relación con un proceso de certificación que tome hace un par de años. Todo esto en medio de esta realidad pandémica, donde el miedo y la prepotencia son parte del día a día…

La ceremonia se llevaría a cabo en un espacio abierto y al aire libre, por lo que pregunte si había alguien que le molestara que me sacara el barbijo, a lo cual una de las organizadoras del evento contesto: “claro pero solo si estas vacunado…”

Aunque ya no era la primera vez que me enfrentaba a este tipo de situación, mi respuesta tardo más de la cuenta en llegar (quizás por error de mi parte) esperaba que por el tipo de especialización que la mayor cantidad de los reunidos hacían gala existiría un poco más de apertura y comprensión para los disidentes de la opinión predominante en el actual escenario…

Esta bien intencionada pero temerosa y ansiosa mujer se me acerco un poco hiperventilada, sin dar el espacio para que yo pudiera responder…

¿Pero porque no te has vacunado? ¿Eres un antivacunas? ¿No te das cuenta que te arriesgas y arriesgas a otros ?

Si bien es cierto, en un principio rechace de forma tajante inyectarme el liquido experimental con el cual están inoculando a gran parte de la humanidad…

Esto obedecía a un ejercicio consciente; luego de haber leído, investigado y comparado a diversos investigadores de la virología, la biología molecular, bioestadísticos, y ramas diversas como la epigenética y toda la corriente de la nueva ciencia sustentada en la física cuántica…

Con el paso de los meses comenzaron a surgir restricciones de movilidad en las cuales los no vacunados estaban sujetos a restricciones y en muchos casos discriminaciones al momento de postular al mercado laboral, viajar o simplemente acceder a un restaurant…

Luego de sopesar todo esto, decidí (con todo mi pesar) inyectarme, pasando a llevar mi verdad, mis creencias y dignidad, proclamando al mismo tiempo: “Esta decisión la hago de manera consciente y sabiendo lo que esta imposición externa en todos sus niveles e implicancia podría acarrear a mi vida interna y experiencial…

Nota: me encuentro realizando un mediocre resumen de los motivos que me impulsaron a traicionar mi verdad, a los cuales podría agregar el hecho de que no pude evitar que mi hija de 10 años fuera inoculada, lo cual fue sin duda otra de las razones que me llevo a romper ese escudo de certeza que había armado desde el comienzo de aquel miedo irracional surgido con esta nueva enfermedad.

Es preciso dejar en claro que con todo esto no me pretendo justificar, solo entregó el contexto previo al relato vinculado con la experiencia de aquella ceremonia a la cual asistí, al mismo tiempo reconocer aquella traición que lleve a cabo por la presión de la masa a la cual tanto critico en mis escritos, cursos y publicaciones…

No soy mejor que la mayoría, mucho menos un ejemplo a seguir; espero equivocarme y que todo esto no sea aquello que he descubierto luego de tantos años de investigación relacionados con el desarrollo del ser, la nueva biología y el poder de las creencias encapsuladas en los pensamientos y emociones los cuales activan y desactivan buenos y malos genes que definen nuestro funcionamiento biológico demarcando nuestra salud, experiencias y realidades desplegadas en el mundo material.

Volviendo a ese día de ceremonias y titulación, mi antigua tutor se lanzaba con la finalidad de disparar a discreción sus justificados argumentos a favor de la vacunación, yo algo confundido solo me limite a preguntar ¿No te parece raro todo esto? ¿No crees que es un proceso experimental considerando el hecho que una vacuna toma entre 6 y 12 años en ser depurada y científicamente comprobada?

La respuesta entregada era la que la mayor parte de la población poco informada vociferaba para confirmar tan irracional decisión: “Rodrigo tienes que tomar en cuenta de que se invirtieron muchos recursos económicos, por tal motivo se acorto el proceso de investigación”…

¿Cómo explicarle en medio del contexto de premiación en el cual nos encontrábamos que hay fases de investigación que requieren aplicar el método científico de comprobación y que las variables económicas no podían alterar dicha ecuación?

Luego argumentando sobre los diversos tipos de inoculación expreso convencida (otra oración sacada de los mismos planteamientos de la convención imperante) que quizás aquellas alternativas que envolvían al ARN mensajero podría traer algún tipo de riesgo pero que las alternativas de vector eran confiables y comprobables.

En fin yo solo me limite a escuchar. Sin embargo ahora luego de algunos días de aquella experiencia, despierto al hecho real; que la gran mayoría que escucho ese dialogo, incluido mi circulo mas cercano (pareja, familia y amistades) comparten las creencias de mi antigua tutor y consideran como paranoicos y farsantes las posturas que se alejan de la masa y su ente controlador…

Por mi parte trato de no practicar lo que la mayoría ha usado conmigo y con muchos otros que osan ir contra la corriente; proselitismo sustentado por información y conocimientos que no se han ganado y que solo se ha repetido como un canto de batalla proveniente de aquellas fuentes consideradas fehacientes, postulados sobre los cuales guiamos y edificamos nuestras vidas, modelos de desarrollo individual y colectivo, estandarte de la gran mayoría que aún prefiere transferir a otros la responsabilidad de vivir y ser creadores responsables de su existir.

Por cierto: luego de que mi antigua y bien intencionada tutora termino su condicionado argumento, con todo el pesar de mi corazón le informaba que me había vacunado y que su respetable miedo a la muerte por estar frente al un disidente podía ser calmado, su vida ya no estaba en riesgo y era libre de seguir propagando su verdad absoluta, aunque eso fuera en contra de la disciplina que ella enseñaba en aulas orientadas al desarrollo del observador independiente que guía a otros hacia la liberación del condicionamiento de la información y del engrandecimiento de la autoconcepción.

Espero poder ver el día en que nuestras vidas sean movilizadas por el desarrollo y aplicación de nuestra ciencia interior, ahí donde somos dioses creadores, el libre albedrio se regocija y las cadenas del colectivo se desarman ante el individuo empoderado que surge del viaje interior. el cual coloca a disposición del colectivo los resultados de la experiencia, nuestra ciencia, para así fortalecer al conjunto y transformar la lógica y el patrón que hasta ahora ha levantado nuestra humanidad.

En el siguiente video, en mi habitual viernes de lectura me refiero brevemente a esta situación…

También comparto con ustedes el acceso a mi librería virtual donde podrán saber un poco mas acerca de mis libros

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